Los secretos de una cultura organizacional positiva y productiva
Los desafíos de las organizaciones en materia de talento son crecientes. En un mercado laboral cada vez más competitivo, atraer y fidelizar a las personas es esencial para el logro de los resultados, la innovación y la sostenibilidad de cualquier empresa, especialmente en épocas en que la tecnología está al alcance de todos sin mayores diferencias. Para lograrlo, es fundamental desarrollar una marca empleadora sólida y una cultura empresarial atractiva y coherente.La marca empleadora se refiere a la imagen pública de una empresa, y que refrendan sus colaboradores, en cuanto a lo atractivo que resulta trabajar en ella y que en algunos casos la convierte en aspiracional. Es la promesa de valor que ofrece la empresa a sus empleados y candidatos, y se percibe a través de su propósito, cultura, condiciones de trabajo, beneficios y clima laboral, entre otros. Una marca empleadora sólida y positiva, además de fidelizar a los empleados actuales, atrae al talento requerido, pues los candidatos de hoy buscan compañías cuya oferta vaya más allá de un salario competitivo y beneficios económicos tradicionales.


Estudio Global Workforce of the Future: Unravelling the Talent Conundrum
Según el estudio Global Workforce of the Future: Unravelling the Talent Conundrum publicado por LHH el año pasado, en el que participaron más de treinta mil personas de todas las regiones del mundo, hay 4 palancas que refuerzan la marca empleadora: se trata del salario (como herramienta de atracción, no de fidelización), de la flexibilidad, del desarrollo de carrera y de los programas de bienestar y salud mental, haciendo énfasis en que estos elementos son eficaces solo si están cimentados en un ambiente de trabajo seguro y saludable, y una cultura empresarial que se conecte con los valores de sus empleados y candidatos.
Por otra parte, la cultura organizacional se refiere a los principios, creencias, prácticas y comportamientos compartidos por los miembros de una organización. Es la personalidad de la empresa, y puede ser un factor importante en la satisfacción laboral de los empleados. Una cultura empresarial positiva aumenta la motivación, el compromiso y la lealtad de los empleados, lo que se traduce en una disminución de la rotación indeseada y en un aumento de la productividad y el compromiso con los resultados. La cultura de una empresa no se puede cambiar de la noche a la mañana. Es preciso el compromiso constante, activo y consistente de la alta dirección, con el ejemplo de todos los líderes y la colaboración de todos los miembros de la organización. Los empleados deben sentir que son valorados y escuchados, y deben tener un papel activo en la definición y el mantenimiento y evolución positiva de la cultura.


En resumen, para crear una cultura empresarial atractiva, las empresas deben asegurarse de que su propósito y valores se comuniquen claramente y se reflejen en sus políticas y en sus prácticas cotidianas. También deben fomentar la colaboración, el respeto, la transparencia y la diversidad. Las empresas pueden crear un ambiente de trabajo positivo mediante la incorporación de iniciativas de bienestar, desarrollo, liderazgo y reconocimiento del desempeño.